Roscón de Reyes

Hace ya como ocho años que el Roscón de Reyes lo hago yo en casa. Todos los años lo compraba, no porque me gustara demasiado, sino por la tradición y (así de infantil puedo ser) por la sorpresa. En realidad, nunca me gustó por ser una masa sosa y bastante seca. Cuando empezaron a comercializarse rellenos, lo compraba con crema pastelera, que es mi relleno favorito. Así conseguía que dejara de estar seco, pero no que ganara demasiado en sabor. A pesar de comprarlo en buenas pastelerías, solo conseguía que aumentara su precio escandalosamente, pero seguía siendo igual de seco. 
Hace unos años, tras pagar 24 euros por un roscón pequeño, tan solo era para mi marido y para mí, y traducirlo a pesetas (sí, 4000, ni una más ni una menos), me pareció tan escandaloso que decidí hacerlo yo a partir de entonces. Mi marido, un gran fan de mi repostería, me animó y hasta hoy.
Aquí os dejo mi receta que he compuesto mezclando varias a mi gusto y probando durante años.

Ingredientes:

• 120 g. de azúcar.
• La piel de una naranja y de un limón.
• 650 g. de harina.
• 250 ml. de leche tibia.
• 25 g. de levadura fresca de panadería o un sobre de levadura seca de panadería.
• 120 g. de mantequilla.
• 2 huevos.
• Una pizca de sal.
• Tres cucharadas de agua de azahar.

Para la decoración, cada uno puede utilizar lo que quiera. Se puede utilizar:

• Frutas confitadas.
• Almendra laminada.
• Una yema (o un huevo entero) batida.
• Azúcar humedecido

Modo de preparación:

Lo primero que se puede hacer es pulverizar el azúcar con las pieles de los cítricos.

Esto se puede hacer o no. Si no se hace, se añade sencillamente el azúcar y las pieles ralladas al resto de la masa cuando toque. Yo lo he hecho con la Thermomix y resulta muy fácil, aunque se puede hacer con cualquier otro robot. Primero que pelan las frutas con un pelador que saque una piel muy fina o con cuidado con un cuchillo.

Se pasa por la Thermomix a máxima velocidad durante un minuto más o menos. Se puede interrumpir un par de veces para bajar los restos de las paredes.

Al final queda como una pasta muy dura, pero no preocuparse. Luego al mezclarse con el resto de los ingredientes todo vuelve a su ser.

Para hacer la masa madre:

Se toma un poco menos de la mitad de la leche tibia y se desmenuza y disuelve la levadura, se añaden unas tres cucharadas de harina de los 650g. y se mezcla bien. Se pone en un cuenco y se deja unos 20 minutos en un lugar sin corrientes. Yo la metí en el horno, apagado claro.

Pasados los veinte minutos habrá fermentado, con lo que habrá duplicado su volumen y creado gas. 

Ahora es el momento de hacer la masa. Se echan en la Thermomix (o en un recipiente grande) todos los ingredientes: el resto del harina y la leche, el azúcar aromatizado con los cítricos, los dos huevos, la mantequilla, el agua de azahar y la pizca de sal. Se añade también la masa madre y se mezcla todo bien (en la Thermomix unos cinco minutos a velocidad 5 o 6).

Una vez mezclado, se amasa bien. En la Thermomix unos 15 minutos a velocidad espiga y, si es con la mano, hasta que la masa quede elástica y no se pegue. Yo me engraso las manos con aceite para que no se me pegue y engraso un poco también la superficie de trabajo, porque si está pegajoso y se añade harina, puede quedar duro.

Como de costumbre, he olvidado hacer algunas fotos intermedias, pero son solo las de los ingredientes todos mezclados y no tiene importancia.

Ahora se tapa la Thermomix con trapos y se deja en un lugar cálido (a la mía le da el sol, es perfecto), tapada y sin quitar el cubilete. Se tiene así al menos una hora, hasta que la masa se salga por el bocal.

Si se hace a mano, una vez amasada se mete en un recipiente grande con las paredes ligeramente engrasadas y se deja fermentar de nuevo en el horno cerrado hasta que doble su volumen. 

Tras casi dos horas de reposo, así se ha puesto la masa.

Ahora lo vamos a amasar un poco a mano o en Thermomix (un minuto o dos a velocidad espiga), para que pierda el gas.

Así estaba antes de amasar, tras volverlo todo al interior del vaso.

Y así quedó tras amasar y desgasificar.

Y ya podemos sacarlo y formar el roscón. Primero engrasamos la superficie con un poquito de aceite y nos engrasamos también las manos. Yo uso guantes sin látex y también los engraso un poco.

Con esta cantidad yo he hecho tres roscones porque nosotros somos solo dos y quería regalar uno y de los otros, dejar uno tal cual y rellenar otro de crema.  Se pueden hacer solo dos que serán medianos.

Hacemos una bola con cada parte en que hayamos dividido la masa.

Con los pulgares hacemos un agujero en el centro y ya sobre la bandeja del horno lo vamos agrandando. 

Procuramos que nos quede de grosor regular en todo su perímetro. Eso para mí es lo más difícil, pero si queda desigual, tampoco pasa nada. Más rústico. Lo que sí debemos conseguir es un agujero grande pues al fermentar y crecer irá cerrándose.

Ahora se deja descansar en un sitio cálido y sin corrientes. Yo puse dos en el horno y el otro al lado de un radiador sobre una silla.

Pasadas dos o tres horas (no hay que hacerlo con prisa) habrán crecido mucho y será el momento de adornarlos. 

Lo primero que haremos será pintarlos con un huevo batido para que adquieran brillo. Hacedlo con cuidado para que el roscón no de hunda.

Después le pondremos lo que más nos guste para decorar. Yo he optado por naranjas confitadas y almendra laminada.

A mí no me gustan las frutas escarchadas, excepto la naranja y el limón. Son difíciles de encontrar y a veces están muy secas, así es que, este año, por primera vez, las he hecho yo con esta receta (naranjas confitadas) que es muy fácil y con hacerlas un par de días antes (o incluso menos) quedan buenísimas. Yo hice la mitad de la receta.

Hay que dejarlas secar un par de días sobre una rejilla o colador.

Después las he cortado a la mitad y algunas muy grandes, en tres trozos.

El almíbar que quedó en la cazuela, lo he congelado. Pienso que para emborrachar el bizcocho de una tarta puede quedar delicioso. Algo se hará con él.

Se precalienta el horno a unos 200 grados para que se vaya calentando mientras decoramos el roscón. Yo lo he puesto a 220 porque mi horno no es muy potente. ya sabéis lo que pienso de los hornos: cada uno, un mundo.

Cuando esté a la temperatura se mete el roscón hacia la mitad del horno, con calor arriba y abajo, y a los cinco minutos se baja la temperatura a 180 grados (yo a 200). Estará en otros diez minutos, pero hay que vigilar que cada horno...

Tras sacarlo y dejar que temple cinco minutos, lo pondremos a enfriar sobre una rejilla y ya tenemos nuestro roscón para emplatar o rellenar con lo que queramos.

Este es uno relleno de crema pastelera que es mi relleno favorito.

Es delicioso y no tiene nada que ver con los comprados. Lo disfruto tanto que ya no necesito meterle sorpresa ni nada. Disfruto desde que, dos días antes, empiezo con compras y preparativos, hasta que se termina, normalmente el día 7.

*Fotos propias.